En Seguro para autos

En los últimos artículos hemos hecho hincapié en la importancia de tomar ciertas responsabilidades al momento de adquirir y de manejar un automóvil, pues si se tomaran más en serio estos preceptos las estadísticas de accidentes se reducirían considerablemente.

Es por eso que en el artículo de hoy profundizaremos más en el tema de la responsabilidad que compete a un automovilista, que van más allá de mantener su carro en buenas condiciones y la obtención de un seguro para autos. Sirva este texto como una continuación de nuestro artículo 5 medidas para manejar de manera adecuada y evitar siniestros”, pues, sin duda, el cumplir con nuestras responsabilidades como conductores nos acerca más a un espacio en donde los accidentes no tienen cabida, al menos no por nuestra causa. Claramente, si todos cumpliéramos con esas reglas, no tendríamos tantos accidentes. Pero las sociedades no son perfectas, sin embargo, el individuo puede hacer todo lo posible por aportar su granito de arena para alcanzar una mejor convivencia con nuestros pares.

  1. La obtención de un seguro para autos es obligatoria, y en realidad no hay excusa para justificar la falta del mismo. La razón por la que este elemento es tan importante es porque se trata de una medida de seguridad monetaria que está directamente relacionada con la seguridad personal, pues dependiendo del tipo de póliza que se haya contratado, se puede establecer un monto para cubrir los daños físicos de tu automóvil y el de la otra persona, o en casos mucho más complejos, el poder solventar ciertos gastos médicos. Así que, por donde lo veas, termina siendo un beneficio. Quizás una manera de dejar de ver el seguro como una carga monetaria o un gasto que no puedes solventar, es considerarlo al momento de diseñar tu presupuesto.
  2. Es necesario que si apenas estás aprendiendo a manejar, vayas moderando o nivelando los espacios en los que sales en tu coche. No te avientes a salir por una autopista o una zona mucho más poblada si todavía no te sientes seguro de tus habilidades. En ese sentido, existen dos modalidades por las que probablemente estés aprendiendo a manejar: un familiar o un amigo te están enseñando/vas a una escuela de manejo. Como el controlar un automóvil representa una serie de habilidades teóricas, prácticas y el conocimiento de ciertas normas, lo mejor es combinar ambos métodos. Sin duda, con un amigo sentirás mucho más confianza y podrás aprender de sus habilidades de manera más directa, pero el agente de la escuela de manejo puede ayudarte a corregir algunos vicios nocivos que se llegan a tener como conductores, y además, explicarte con mejor claridad cuáles son las normas vigentes.
  3. La empatía por el prójimo es un valor que nos ha costado mucho trabajo desarrollar. Es curioso ver cómo muchas personas por el hecho de tener los recursos económicos para solventarse un automóvil y un seguro para autos, sienten un cierto nivel de superioridad, cuando no hay nada más erróneo que esa percepción. Tener un coche no te hace dueño del asfalto. Así que siempre recuerda que por la calle también transitan otros automovilistas, peatones, ciclistas y motocicletas. Por lo tanto, debes ser respetuoso, ceder el paso, no apresurar a otros coches, y respetar los carriles designados para el transporte público o los ciclistas. Es probable que de pronto te sientas frustrado por que otras personas no muestran la empatía que practicas, pero esto no debe ser motivo para dejar de hacerlo. No seas tú parte del problema, sino de la solución.
  4. Respetar las señalizaciones es otro de los puntos cruciales. Lo mismo al momento de recibir una amonestación justificable por parte de un policía de tránsito. Siempre decimos que los policías de tránsito buscan la manera de multar al automovilista de manera arbitraria para estafarlos. Sin embargo, hay tres acciones muy sencillas que te pueden ayudar a evitar estos bochornosos momentos. El primero es cumplir con las reglas de velocidad, estacionarte donde se debe, no ocupar carriles o cajones de estacionamiento designados para otros propósitos y dar vuelta en donde se debe, etc.; el segundo, es tener pleno conocimiento del reglamento de tránsito. Por supuesto, no se trata de que te lo sepas de memoria o punto por punto, pero sí conocer sus rasgos más importantes, pues de esta manera podrás identificar cuando un policía de tránsito está aplicando realmente la ley o sólo está buscando sacar dinero. Finalmente, no ofrezcas “mordidas”. Está en ti dejar de fomentar esta pésima costumbre. Si cometiste un error al manejar, acéptalo y cumple con tu multa correspondiente. Pero si te das cuenta que no es correcto el señalamiento que te hace el oficial ve a la instancia necesaria a hacer el reporte. Como dijimos en el punto anterior, no seas parte del círculo vicioso, sé un conductor responsable y toma el control de tu automóvil y todos los asuntos relacionados con él.

Con este artículo damos fin a una serie dedicada al análisis de una parte fundamental de la vida de cualquier persona: el entender que somos responsables de cada uno de los bienes que adquirimos, sobre todo de un automóvil con seguro para autos. Al final, formamos parte de una comunidad y al tener contacto con otras personas, algunas de sus acciones y de nuestras acciones tendrán un efecto mutuo.

Te invitamos a hacer todo lo posible para protegerte a ti, tu familia y todos los que te rodean, pues es la única manera de tener una vida tranquila y disfrutar de tu patrimonio. De tu coche.

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